Las 8 características de la arrogancia

En más de una ocasión hemos destacado el importante papel que juega la autoestima en el desarrollo de la persona. Aunque parezca chocante, una de las características de la arrogancia puede ser, precisamente, una baja autoestima. Este rasgo de la personalidad no solo causa dificultades en las interrelaciones, tampoco es enriquecedor para el individuo que la sufre. Analizamos en qué consiste y cómo se puede identificar a una persona arrogante.

 

¿Eres arrogante?

 

Probablemente, si te preguntamos qué es la arrogancia, la identifiques con términos como desprecio hacia el otro, altanería y falta de aceptación de opiniones o formas de entender la vida distintas a las propias. Y, no te estás equivocando. Todas estas actitudes son propias de una persona arrogante.

 

Pero, ¿serías capaz de reconocer rasgos de arrogancia en tu forma de comportarte con los demás? Lo cierto es que nos resulta mucho más sencillo reaccionar cuando nos sentimos objeto de estas actuaciones que cuando somos nosotros quienes las protagonizamos. Para comprobarlo, basta repasar algunas situaciones en las que se pone de manifiesto la arrogancia:

 

  • Las criticas hacia otras personas cuando no están presentes
  • Tendencia a interrumpir a quien está hablando
  • La falta de comprensión ante la timidez
  • Cierto lenguaje corporal: mirar de arriba hacia abajo a tu interlocutor, negar con la cabeza mientras otro está opinando, consultar el reloj en medio de una conversación o señalar con el dedo, son algunos de los más significativos.
  • Reacciones de gran contrariedad ante la mínima crítica

 

Características de la arrogancia

 

Si te has visto reflejado en alguno de los comportamientos que hemos descrito antes, puede que te venga bien hacer una reflexión sobre tu personalidad. Ser un arrogante, como decíamos, no solo es un problema para las personas que te rodean. También lo es para ti, aunque no te des cuenta, porque esta actitud suele enmascarar ciertos problemas psicológicos.

 

Puede que entiendas mejor la dimensión de este conflicto, después de que detallemos cuáles son las 8 características de la arrogancia:

 

1. Necesidad de admiración y reconocimiento

 

¿A quién no le gusta que se pongan en valor sus éxitos o sus cualidades? Pero, cuando vives pendiente de que se destaque hasta la más insignificante de tus actuaciones y sobredimensionas todo lo que haces, tienes un problema de arrogancia. Parece que te mueve exclusivamente la obsesión por recibir alabanzas, en lugar de disfrutar de tus logros por lo que implican en tu desarrollo personal.

 

2. Exceso de competitividad

 

Por mucho que en nuestra cultura se estimule y potencie la competitividad como un bien absoluto, esta actitud está muy lejos de ser positiva. Deberíamos hacer las cosas para avanzar, para crecer, para aprender. Y no para ser más que el otro.

 

3. Falta absoluta de empatía

 

Un arrogante es incapaz de sentir cercanía por lo que siente otra persona. Mucho menos, si se trata de alguien que consideras débil o poco interesante.

 

4. Dificultad para establecer relaciones personales

 

Es curioso, normalmente una persona arrogante suele caer bien al principio. Atraen por su dialéctica, porque tienen un halo de encanto y simpatía inicial. En general, tienen buenas habilidades sociales. Sin embargo, no tiene que pasar mucho tiempo para que acabe aflorando su incapacidad de compartir o ese desprecio hacia opiniones ajenas que impide establecer relaciones saludables, de tú a tú.

 

5. El egocentrismo, una de las características de la arrogancia

 

Por supuesto, a un arrogante le interesa entre cero y nada lo que le pasa a otra persona. Las conversaciones deben girar en torno a él o, simplemente, deja de participar. Los arrogantes tienen la destreza de ir retorciendo cualquier situación para que, al final, el foco sea él y sus grandes hazañas.

 

6. Desconocimiento de la palabra perdón

 

Es prácticamente imposible que escuches una disculpa por boca de un arrogante. El reconocimiento de haberse equivocado no es una opción para estas personas que se sienten en posesión de la verdad.

 

7. La intolerancia es su seña de identidad

 

Las personas arrogantes solo dejan entrar en su círculo social a individuos con su mismo nivel. Por supuesto, son ellos quienes deciden qué cualidades o experiencias son las que representan a esa casta de seres especiales. Todos los demás, están en un nivel inferior y nada de lo que hacen o dicen merece su interés.

 

8. Poco autoconocimiento

 

Tanta necesidad de reforzarse frente a los demás suele dejar en un segundo plano la reflexión. Los arrogantes no acostumbran a profundizar en quiénes son, probablemente, porque son incapaces de afrontar debilidades y carencias propias.

 

Es evidente que estas características de la arrogancia enmascaran problemas de seguridad y solo pueden conducir a experiencias vitales con grandes carencias. Si te has sentido identificado, no te agobies. Normalmente, son rasgos de personalidad que pueden reconducirse con una adecuada terapia psicológica y las ventajas que te reportará el cambio son impresionantes.