Pocos proyectos son más ilusionantes que el inicio de una relación sentimental. Quizá por eso, que fracase nos deja una huella muy dolorosa. Las expectativas en la pareja son una de las principales causas de los problemas que acaban complicando la convivencia. Es una especie de trampa que nos generamos a nosotros mismos. Puede que no hayas reparado en este temas, de ahí que nos parezca importante revisarlo.
¿Qué significa tener expectativas en la pareja?
Es normal que sientas algo de confusión inicial sobre este planteamiento negativo de las expectativas en la pareja. ¿Acaso no es bueno tener ilusiones sobre las que ir construyendo una relación sentimental? ¿No nos dicen los psicólogos que debemos crearnos metas y objetivos para crecer y sentirnos más realizados según vamos avanzando?
Por supuesto, ambos interrogantes habría que responderlos afirmativamente. Es positivo tener ilusiones y metas. Para empezar, el problema con las expectativas en la pareja es que ponemos ese foco en otra persona. Eso es injusto, porque no tenemos derecho de exigir a nadie que tenga el mismo planteamiento, por mucho que nos quiera. Además, aunque quisiéramos, no tenemos manera de ejercer ese control sobre los deseos y sueños de otra persona.
Pero también hay un error de partida. Generalmente, por motivos culturales y sociales, tendemos a idealizar las relaciones de pareja. Nos educamos con prototipos de amantes irreales proporcionados por la literatura o las películas y series. Incluso, en los inocentes cuentos infantiles ya se sublima el enamoramiento hasta niveles fuera de la realidad. Todo esto impacta en las expectativas en la pareja, que identificamos con estos modelos irreales, inalcanzables y que acaban distorsionando la convivencia.
El peligroso mito de la media naranja
¿Cuál es uno de los motivos de esa tergiversación en las expectativas en la pareja? Probablemente, un punto de partida en el que te sientes incompleto como persona y crees que alcanzarás la plenitud de tu desarrollo cuando encuentres a tu pareja. Y subrayamos ese posesivo de “tu” pareja, porque se nos ha inculcado que existe una persona perfecta y exclusiva para cada uno de nosotros. Es lo que coloquialmente se expresa como el mito de la media naranja, cuya autoría es nada menos que de Platón.
Esta concepción de las relaciones de pareja es muy dañina para ambos miembros. El amor maduro y pleno no va de unir dos mitades, va de dos seres únicos y completos que deciden voluntariamente compartir desde la individualidad. No hay una fusión que anule al individuo para crear un ente nuevo. Las expectativas en la pareja deben respetar siempre la autonomía de cada persona o estarán condenando a esa relación al fracaso.
Cómo reajustar las expectativas en la pareja
Incluso si estás inmerso en una relación de pareja que se está minando como consecuencia de unas expectativas erróneas, hay posibilidades de intentar retomar el rumbo. Estas son las tres cuestiones en las que tendrías que trabajar para rebajar el nivel de malestar y reorientar tus expectativas en la pareja:
Las expectativas en la pareja, como has podido comprobar, son evitables. Es imprescindible que seas consciente de que existen, para poder frenar su influencia. En Pensaments te ofrecemos la posibilidad de recurrir a una terapia de pareja en caso de que te sientas desbordado. Sabemos que no siempre es fácil dar ese paso, por eso queremos acompañarte.
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