La conciencia emocional: para qué sirve y claves para mejorarla

Las emociones son parte intrínseca de nuestra realidad como seres humanos. Imprescindibles para tomar decisiones y para nuestra pervivencia, lo que necesitamos es saber gestionarlas. Este es el papel de la conciencia emocional, la habilidad que nos permite conocer y controlar nuestros estados anímicos y así, mantener un saludable equilibrio emocional. Sin embargo, desarrollar esta capacidad no es tan fácil como parece. Es el momento de proponerte las claves para sacar el máximo partido a tu experiencia emocional que, siempre es heterogénea e, incluso, caótica en algunas situaciones.

 

¿Qué es la conciencia emocional?

 

Si hiciésemos una encuesta pidiendo a distintas personas que hagan un listado de las principales emociones humanas, te sorprendería el resultado. Seguro que habría cierta unanimidad en las primeras posiciones, probablemente ocupadas por lo que los psicólogos denominamos las 6 emociones básicastristeza, alegría, asco, ira, miedo y sorpresa. Pero, a partir de aquí, la variedad y cantidad de términos es impresionante. De hecho, hay catalogadas más de doscientas palabras relacionadas con las emociones y los sentimientos.

 

Este preámbulo clarifica hasta qué punto el mundo emocional es complejo y diverso. La conciencia emocional nos sirve, precisamente, para identificar cada emoción y poder canalizarlas de manera que no supongan un obstáculo, sino una herramienta para tu desarrollo personal. Pero, además, tiene una dimensión doble. Se trata de conocer tus propias emociones y las de los otros.

 

Si has oído hablar de la inteligencia emocional, piensa que tener conciencia de las emociones es el primer paso imprescindible para poder ponerla en práctica. Básicamente, porque te permite:

 

  • Adaptarte mejor a las circunstancias que surgen en tu día a día, especialmente, las adversas.
  • Entender qué sientes en un momento determinado y por qué lo sientes.
  • Contrastar hasta qué nivel las emociones afectan a tu rendimiento.
  • Establecer las relaciones y vínculos entre tus emociones, tus pensamientos y tus actuaciones.
  • Tener la capacidad de reflexionar sobre tus distintos estados de ánimo, de forma que puedas manejarlos para mejorar tu toma de decisiones.

 

Niveles de la conciencia emocional

 

Es evidente que el universo de la conciencia emocional es muy amplio. Para poder entenderlo y controlarlo con más precisión, es interesante dividirlo en distintos niveles. En Psicología hablamos de un espectro emocional que abarca 6 niveles:

 

  1. Ausencia absoluta de conciencia emocional. Eres incapaz de identificar ninguno de tus sentimientos o realizas análisis erróneos. Un ejemplo típico es el de emitir juicios como “Me siento como un fracasado”. Esto no es un sentimiento, en todo caso, es un juicio que haces sobre una situación concreta.
  2. Conciencia de las sensaciones corporales. Sabes que te ocurre algo porque lo relacionas con una señal corporal, pero no llegas a identificar la emoción que lo provoca. Por ejemplo, te alertas porque tienes un ritmo acelerado de las pulsaciones, sin ser capaz de relacionarlo con un estado de ansiedad.
  3. Conciencia de los comportamientos. En este punto, llegas a plantearte cómo querrías actuar, aunque no sabes qué emoción hay detrás de ese deseo. Detrás de ideas como “Necesito que este momento pase ya, lo más rápido posible”, puede haber miedo, aunque no seas capaz de detectarlo.
  4. Conciencia de la presencia de una emoción. Eres consciente de que estás sintiendo algo, pero no puedes ponerle nombre a esa emoción.
  5. Conciencia emocional diferenciada. Has llegado al punto en el que puedes identificar tus distintas emociones en cada situación concreta.
  6. Conciencia emocional combinada. El nivel al que debemos aspirar, ya que tu conciencia emocional te permite distinguir entre emociones diferentes que confluyen en un mismo momento.

 

Claves para adquirir un adecuado control de las emociones

 

El proceso de aprendizaje de una adecuada conciencia emocional es progresivo, se va adquiriendo a través de los años. Por eso, es importante que se empieza a trabajar como parte de la educación desde la más tierna infancia. Estos son los pasos que nos ayudan a alcanzar ese deseable control emocional:

 

  • Prestar más atención a nuestras emociones. Tienes que mirar más dentro de ti y, sobre todo, establecer las relaciones entre lo que sientes y tus reacciones físicas.
  • Se trata de identificar, no de juzgar. No existen emociones negativas o positivas, todas cumplen su función. Por eso, la conciencia emocional lo que te pide es que pongas nombre a lo que sientes, pero sin añadir un calificativo o juicio de valor.
  • Entiende el mensaje de tus emociones. No siempre son la reacción a un hecho concreto, sino que responden a una situación más profunda en la que merece la pena que indagues.
  • Identifica las asociaciones que se establecen entre tus pensamientos y tus emociones.
  • Expresa o conduce tus emociones desde una perspectiva positiva. Liberar tu ira haciendo deporte o mediante técnicas de relajación y autoconocimiento, como el mindfulness, es un ejemplo de esta expresión asertiva de las emociones.

 

Te animamos a profundizar en este tema de la conciencia emocional como parte de tu crecimiento personal. Es, sin duda, uno de los aspectos que trabajaremos juntos si acudes a nuestra consulta psicológica.