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Aprende a gestionar tus pensamientos para gestionar las emociones

La simbología nos ha llevado a ubicar los sentimientos en el corazón; sin embargo, la realidad es que están en la mente. Por eso, gestionar las emociones implica una gestión cognitiva correcta. De hecho, es el dominio de tus pensamientos el que te conduce a un control emocional. Estas son las claves para entenderlo y, sobre todo, aplicar las técnicas más adecuadas.

 

Gestionar las emociones desde el pensamiento

 

Veamos, en primer lugar, cómo funciona la mente para entender por qué la gestión de las emociones es un asunto tan ligado al control de los pensamientos. Y es que, cada vez que sentimos una emoción, instantáneamente surgen asociados una serie de pensamientos inconscientes. Estos pensamientos los hemos ido creando a lo largo de los años y forman parte del subconsciente. Por eso, resulta difícil identificarlos y tomar conciencia de ellos.

 

Es interesante, llegados a este punto, recuperar la idea de las creencias irracionales del psicoterapeuta estadounidense Albert Ellis. Según su teoría, no es un suceso en sí el que nos provoca una reacción emocional, sino el modo en el que interpretamos ese suceso. La consecuencia de este planteamiento es evidente: si se consigue cambiar esos pensamientos se pueden gestionar las emociones y propiciar una reacción más coherente y racional, más realista.

 

Entender qué son las creencias irracionales

 

Un ejemplo, y verás como lo entiendes fácilmente. Imagina que afrontas una entrevista de trabajo para optar a ese puesto con el que siempre has soñado. Tu mente evalúa que es un instante trascendental en tu vida, y empieza un proceso:

 

  • Se generan una serie de pensamientos negativos: “si no me cogen, seré un fracasado”, “todo lo que me he esforzado y preparado, no servirá para nada”.
  • Se provoca una reacción fisiológica: sudores, taquicardia, incapacidad para pensar…
  • Eres consciente de que todo esto afecta a tu rendimiento.
  • Puedes tomar dos decisiones: te presentas con la convicción de que no tienes posibilidades o, directamente, te quedas en casa.

 

Parece evidente que todo este proceso no tendría lugar si no se produjesen esas asociaciones cognitivas iniciales. Como consecuencia, es ahí donde debemos actuar para evitar que aparezca estrés, ansiedad, depresión u otros problemas psicológicos.

 

Identificar los pensamientos erróneos

 

Siguiendo con la línea propiciada por Ellis, una de las claves para gestionar las emociones es ser capaz de identificar esos pensamientos irracionales. En su Terapia Racional Emotiva, el objetivo es descubrir esos pensamientos que se han distorsionado y exagerado con el tiempo, y las experiencias para corregir las emociones que les hemos asociado. Todas las creencias irracionales pueden sintetizarse en tres; cada una requiere su consiguiente transformación después de ser identificada:

 

  • Pensamientos respecto a uno mismo: básicamente, se desarrollan en torno a la idea de que tienes que hacer las cosas bien y así obtener la aprobación de los demás.
  • Creencias respecto a los demás: aquí el foco del problema gira sobre el pensamiento de que los demás tienen que actuar de forma adecuada, agradable y justa.
  • El concepto del mundo y de la vida: el eje de este grupo de creencias irracionales parte del principio de que la vida tiene que ofrecerte unas óptimas condiciones para que puedas llegar a tus metas con facilidad, y sin necesidad de grandes esfuerzos.

 

Terapia para gestionar las emociones

 

¿Qué ocurre? ¿Por qué nos resulta tan complicado cambiar esos pensamientos irracionales? Pues porque la mayoría de las personas pensamos que somos como somos y, a partir de una edad, es imposible que cambiemos. Borra ese punto de partida, porque los avances en Neurociencia han demostrado la enorme plasticidad del cerebro.

 

Y quédate con esta frase: “El aprendizaje emocional dura toda la vida”. Desde Pensaments, añadiríamos la coletilla de “afortunadamente”. Además, puedes aprender a modificar esos pensamientos autolimitadores con una sencilla técnica:

 

  1. Elige una situación que te produzca siempre emociones estresantes.
  2. Describe objetivamente los acontecimientos que te causaron esa distorsión emocional.
  3. Anota los juicios subjetivos que se produjeron en tu interior asociados a esa situación.
  4. Define con una o dos palabras cuál fue tu respuesta emocional: ira, mal humor, tristeza…
  5. Vuelve al punto tercero y fija tu atención en uno de esos pensamientos negativos que has escrito. Intenta encontrar alguna razón o argumento que lo justifique y, después, una evidencia que lo desmonte.

 

Solo queda que apliques el método de repetir pensamientos que te llevó a esa asociación negativa, pero esta vez desde la perspectiva positiva.

 

Recuerda: el poder de nuestra mente es increíble. Toma el control de tus pensamientos para poder gestionar las emociones de tu día a día. Si necesitas unas pautas iniciales o, simplemente, que te acompañemos durante este proceso de crecimiento, nuestra atención psicológica online es una excelente herramienta, porque se adapta a tus necesidades y a los tiempos de tu agenda.