Psicólogo: la historia de una profesión

 

La historia de la psicología es tan fascinante como la del ser humano. Si bien la profesión de psicólogo es relativamente joven, las inquietudes sobre la mente y la elaboración de teorías para explicar el comportamiento de las personas, comenzaron a plantearse hace muchos siglos.

 

 

La “psyché” y el “logos”

 

El ser humano ha sido consciente, desde el principio de su historia, de las complejidades de la mente, y pronto comenzó a elaborar hipótesis y teorías sobre la psicología de las personas y los trastornos mentales. El término psicólogo proviene del griego, de las palabras “psyché” y “logos”, que podría traducirse de forma literal como “estudio del alma”.

En Grecia antigua, entre los siglos V y IV a.C., filósofos como Sócrates y Platón hicieron aportaciones muy valiosas, tanto para el mundo de la filosofía como para el posterior desarrollo de la psicología. Sócrates sentó las bases del método científico, ya que se le considera un precursor del método inductivo, que sostiene que se debe acceder al conocimiento desde lo particular hasta lo general. La famosa mayéutica socrática también en las terapias psicológicas actuales.

Por otra parte, Platón proponía la idea del cuerpo como un vehículo del alma, que es la que tiene el verdadero control de nuestra conducta. De aquella época también hay que mencionar a Hipócrates, uno de los médicos más famosos de la historia. Hipócrates estudió tanto las enfermedades del cuerpo como las de la mente empleando, precisamente, el método inductivo; y las atribuyó a desequilibrios en los fluidos corporales. Todo esto fue recogido y desarrollado posteriormente por el romano Galeno, cuyos escritos fueron estudiados hasta la

Edad Media.

 

 

La psicología en la Edad Media

 

La Edad Media fue una época difícil para el pensamiento científico, ya que el pensamiento europeo quedó dominado por el cristianismo. Las teorías grecorromanas, como los estudios de Galeno e Hipócrates, seguían siendo un referente, pero estas ideas se mezclaban con la superstición y la magia. Los trastornos mentales se atribuían a posesiones diabólicas o a castigos divinos por pecados cometidos, y el tratamiento consistía en exorcismos o rezos.

 

Al mismo tiempo, en el mundo árabe, se vivía una época dorada en cuanto a conocimiento, y en esta época se produjeron interesantes avances en medicina y psicología. Describieron trastornos de la mente como la ansiedad, la depresión, las alucinaciones o la demencia. Además, aplicaban tratamientos humanitarios a quienes las padecían. También comenzaron a estudiar los procesos psicológicos básicos.

Los avances en Asia en el campo de la psicología también fueron muy incesantes durante el medievo. Por ejemplo, la filosofía hindú ya analizaba la idea del “yo”, y en China empezaron a realizarse los primeros tests psicológicos. En este mismo país se realizó el primer experimento psicológico que ha quedado registrado. Consistía en dibujar un cuadrado con una mano y un círculo con la otra al mismo tiempo, para valorar la resistencia de una persona a la distracción.

 

 

La definición del psicólogo en el Renacimiento y la Ilustración

 

En el mundo occidental, durante los siglos XVI y XVIII, convivió el humanitarismo con la interpretación demonológica de las enfermedades mentales. Poco a poco se fue recuperando la influencia de los autores griegos y romanos clásicos, que atribuían los trastornos psicológicos a desequilibrios físicos y no morales. Afortunadamente, la corriente humanitaria consiguió imponerse, y el término “psicología” empezó a utilizarse entre médicos y pensadores durante esta época histórica.  Sin embargo, la profesión de psicólogo todavía estaba muy lejos de definirse. Algunos autores importantes fueron los filósofos Rudolf Göckel, Christian Wolff o Marko Marulic.

Otros filósofos muy famosos propusieron también interesantes aportaciones. René Descartes desarrolló un concepto dualista del cuerpo y el alma como esferas separadas, una idea que rebatió Spinoza, que sostenía que el ser y el pensamiento eran una misma cosa. John Locke afirmaba que el desarrollo de la mente dependía de las influencias del entorno. Mientras que Thomas Willis atribuía los trastornos mentales a problemas en el sistema nervioso.

 

 

Las primeras investigaciones sobre la mente humana

 

A finales del siglo XVIII fueron muy importantes las investigaciones de Franz Joseph Gall, que inició el desarrollo del campo de la frenología. Esta disciplina estudiaba las diferentes áreas del cerebro y la forma en la que su tamaño o su forma afectaba a las funciones mentales y el carácter de una persona. También Franz Mesmer fue muy influyente con su hipótesis del mesmerismo, que sostenía que las alteraciones psicológicas y físicas se debían a ciertas energías magnéticas que afectaban a los fluidos del cuerpo. Del mesmerismo surgieron posteriores técnicas de hipnosis.

Como vemos, la profesión de psicólogo, tal y como la conocemos hoy, comenzaba a tomar forma, pero aún tendrían que pasar muchos años para que fuese “aceptada” por la ciencia. La psiquiatría daba también sus primeros pasos con el alienismo, la disciplina que estudiaba a los pacientes que sufrían “alienación mental”. Los principales representantes fueron Philippe Pinel y Jean-Étienne Dominique Esquirol. El primero estableció un sistema de clasificaciones diagnósticas. Mientras que el segundo propuso el uso de la estadística para estudiar y comprobar la eficacia de las intervenciones psicológicas en los pacientes.

 

 

La psicología como ciencia

 

En el siglo XIX se produjeron interesantes progresos gracias a que aumentaron los conocimientos sobre la anatomía del cerebro. Esto permitió entender que los procesos mentales son, en gran medida, consecuencias de la biología. Hubo aportaciones muy importantes en el campo de la psicofisiología y la neuropsicología de mano de científicos como Gustav Theodor Fechner, Carl Wernicke y Pierre Paul Broca. La teoría de la evolución de Charles Darwin también tuvo una gran influencia en el desarrollo del campo de la psicología. Aunque también fue utilizada por eugenistas para defender la inferioridad de personas con trastornos mentales, sobrevalorando el peso de la genética.

Sin embargo, la fecha clave fue 1879 cuando Wilhelm Wundt, filósofo, fisiólogo y psicólogo, fundó en la Universidad de Leipzig, el primer laboratorio de psicología experimental. En este momento la psicología se separaba de la filosofía para comenzar a adentrarse en el mundo de la ciencia. Esto fue posible en un contexto muy específico. Durante el siglo XIX, la filosofía moderna comenzaba a tratar temas como el conocimiento y el pensamiento subjetivo. Paralelamente, la ciencia moderna, cuyo padre fue Galileo, dio lugar a numerosos descubrimientos con aplicaciones tecnológicas. Se comenzó mirando a las estrellas, para seguir estudiando los cuerpos físicos de la Tierra; después las diferentes especies y finalmente el ser humano y su comportamiento.

El positivismo de Auguste Comte también favoreció el surgimiento de la psicología como una rama de la ciencia. Esta teoría, que estaba en pleno auge, sostenía que el único medio de conocimiento es el que se extrae de la experiencia verificada a través de los sentidos. Por lo tanto, solo se consideraban realmente ciencia, aquellas experimentales como la biología, la física, la química y la astronomía. Aquellas disciplinas que no cumpliesen con los criterios científicos del positivismo no podían denominarse ciencia. En este sentido, la psicología quedaba fuera. Para lograr el estatus de ciencia necesitaba encajar en dichas pautas. Por eso el laboratorio de Wundt tiene tanta importancia. El psicólogo dejaba de ser un filósofo, para convertirse en científico.

 

 

La profesión de psicólogo en el siglo XX

 

A lo largo del siglo XX se establecieron las corrientes principales de la psicología actual. Sigmund Freud, además de crear el psicoanálisis y la teoría del inconsciente, también popularizó la terapia verbal. Otros autores como Burrhus F. Skinner y John Watson comenzaron a establecer las bases de las terapias conductistas, que se centran en el comportamiento observable.

En poco tiempo, surgieron diferentes enfoques como el estructuralismo, el funcionalismo y el conductismo que ya hemos mencionado y que es la corriente que ha tenido más peso en la psicología actual, abriendo el terreno al desarrollo de las terapias cognitivo-conductuales.

En la actualidad, la psicología utiliza todas las herramientas adquiridas durante este intenso viaje a través de la historia y el conocimiento. Los tipos de terapia más habituales son la terapia cognitivo-conductual, el psicoanálisis, la terapia sistémica, la terapia neuropsicológica, la terapia racional-emotiva-conductual, la cognitiva o la Gestalt humanista, que a su vez se pueden combinar con técnicas y abordajes terapéuticos de reciente desarrollo.