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Terapia de pareja

Las relaciones personales no son un remanso de calma, ni se mantienen inalterables durante toda la vida. Más aún las cuando hablamos de ámbito de mayor privacidad, el de las parejas. Pero ¡ese es parte de su encanto, que con el paso de los años sigamos siendo capaces de sorprender a nuestro compañero o compañera! En Pensaments estamos convencidos de que ver el lado enriquecedor es el enfoque más efectivo para plantear una Terapia de Pareja.

Los sentimientos son, probablemente, nuestra mayor fuente de felicidad. ¡Qué puede hacernos sentir mejor que un amor correspondido! La complicidad que se da en la intimidad de una pareja no es comparable a la que se consigue en ninguna otra relación personal. Sin embargo, la naturaleza intrínsecamente inestable de los sentimientos y la falta absoluta de control que tenemos sobre lo que siente el otro, hace que a la vez se conviertan en el principal detonante de nuestras insatisfacciones.

La terapia de pareja es una herramienta que ha demostrado un excelente nivel de éxito. Entre otras razones porque trabajamos esos dos aspectos esenciales de tu relación, la capacidad de asimilar los cambios lógicos que se dan con el paso del tiempo y la necesidad de respetar la forma de sentir y vivir sus sentimientos que tiene el otro. No hay pareja que sobreviva si ambos miembros no manejáis estas dos habilidades.

Aunque, ¡esta es solo la punta del iceberg! Vivir en pareja es aprender a compartir y a mantener nuestro espacio individual, hacer compatibles las distintas formas de evolucionar de cada uno de los miembros de la pareja, encontrar proyectos compartidos y respetar los personales. Autonomía e implicación, constantemente puestas a prueba por los acontecimientos externos que van inevitablemente a afectar a la relación. ¡Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco tienes por qué ponértelo más difícil! Convierte la terapia de pareja en vuestro espacio de reencuentro, puede ser vuestra mejor apuesta de futuro.

 

  • ¿Cómo diferenciar un pequeño bache de una verdadera crisis de pareja?

Precisamente porque sabemos que las parejas no son un oasis de felicidad eterna, sin vaivenes y altibajos, los psicólogos entendemos que hay cierta confusión con el momento en el que hace falta que intervengamos. ¡No vas a acudir a una terapia cada vez que tienes una discusión o una diferencia de opinión con tu pareja! Está claro que sois personas maduras con el criterio suficiente para valorar estas razonables diferencias entre los dos.

Sin embargo, a la vez es cierto que hay una línea sutil que separa la fase en la que las parejas se acercan vertiginosamente al abismo de una crisis profunda y cuando caen ya en un proceso de verdadero conflicto emocional. Y, también hemos contrastado con la experiencia que, en caso de duda, siempre es más eficaz y rápida la resolución de problemas cuando hay una intervención temprana.

Uno de los detalles que te puede dar una pista más significativa sobre la idoneidad de acudir a una terapia de pareja tiene que ver con la capacidad de identificar una causa puntual y aislada como el origen de vuestro distanciamiento. En principio, si las discusiones o el enfriamiento de la relación coinciden o surgen tras la pérdida de un ser querido, en medio de un apuro económico o cuando uno de vosotros se ha quedado en el paro, es bastante habitual que sea una crisis puntual. Y, por lo tanto, más probable que desaparezca una vez se supera esa dificultad concreta.

Aunque, tampoco esta es una regla exacta. Depende mucho del tiempo que se prolongue la circunstancia externa que actúa como estímulo. Cuanto mayor sea, más fácil es que la relación se deteriore tanto que luego sea complicado revertirla. De hecho, ten en cuenta que en estos casos la terapia de pareja es más rápida, porque nuestra intervención sabe con certeza dónde actuar. Así que, no está de más que valoréis esta ventaja para que os ayude a decidiros.

Lo cierto es que, sois vosotros quienes disponéis de más recursos para analizar en qué punto se encuentra vuestra relación. Las crisis no se miden por su origen, ni por el número de discusiones que tengáis. Es una cuestión de cómo os sentís, cómo os está afectando ese distanciamiento. Los silencios prolongados son muchas veces el baremo más objetivo para tomar una conciencia real de vuestros problemas. Mejor no esperes a sentir que no puedes más, que ya no tienes interés en buscar soluciones ¡Hablemos para encontrar una salida!

 

  • ¿Por qué surgen conflictos en las parejas?

No hay nadie, por muy pragmático y racional que sea, que piense que su relación se va a deteriorar cuando está disfrutando de esas primeras etapas de acercamiento, especialmente durante lo que se conoce como enamoramiento. Lo normal es que al principio todo sea sentimiento, ilusión. La curiosidad por descubrir al otro, la fascinación que sentimos hacia lo desconocido, esa sensación de estar inmersos en una apasionante y exclusiva aventura. Estos ingredientes hacen que sea imposible imaginar nada que pueda enturbiar la relación.

Ni siquiera cuando ya nos conocemos mejor, cuando hemos empezado a saborear las ventajas de la convivencia, de sabernos acompañados, de hacer planes y compartir experiencias. No es una cuestión de cerrar los ojos, de no querer verlo, de ser inconscientes. Es que realmente durante esas fases la relación de pareja nos resulta completa y satisfactoria. Y, los psicólogos sabemos que esta forma de vivir la relación puede durar años, muchos años.

Sin embargo, hay factores externos e internos que vienen a sacarnos de nuestra luna de miel compartida. Sin duda, la rutina es uno de los más contundentes “aniquiladores” de la convivencia. Y nuestro estilo de vida occidental solo viene a potenciar este efecto. Siempre corriendo, siempre ocupados, siempre con la atención repartida en demasiados intereses. Agendas muy llenas, pero vidas muy vacías de lo importante, de lo que realmente nos provoca bienestar. No tenemos tiempo que compartir a solas con nuestras parejas. Y cuando encontramos un hueco estamos tan cansados que nos limitamos a estar uno al lado del otro, pero no a sentirnos juntos.

Es verdad que el efecto de estos agentes distorsionadores de la relación no es, ni mucho menos, siempre igual. Las parejas que incorporan a su vivencia no solo el estímulo de los sentimientos, sino que le dan contenido incorporando proyectos y objetivos compartidos suelen estar más alejados de los problemas, al menos de los más graves. Además, mantener vuestra independencia, respetando espacios individuales es otra estrategia que recomendamos en las terapias de pareja. Cuanto más nos enriquecemos individualmente, más tenemos que compartir y más crece nuestra relación.

 

  • ¿Qué papel juega la comunicación en el desgaste de una pareja?

Se habla mucho del papel de la infidelidad o la inapetencia sexual entre los detonantes de los problemas de pareja. Sin restarles la mínima importancia, porque es cierto que ambos son factores muy dañinos para las parejas que los experimentan, desde la terapia los observamos más como la forma en la que se visualizan las verdaderas carencias de la relación.

Desde una perspectiva psicológica, las causas que siempre subyacen en el deterioro de una pareja son la falta de comunicación y la no aceptación del otro como un ser diferenciado. Cuando confluyen estas dos carencias, se produce el distanciamiento que, por supuesto afecta a las relaciones sexuales y, como consecuencia, puede o no derivar en infidelidades. Hay más desencadenantes, que vienen a añadirse, los más habituales tienen que ver con un compromiso desigual o arrastrar problemas individuales de inseguridad o falta de autoconfianza que acabamos reflejando en el otro.

El tema de la poca o nula comunicación en la pareja merece más detenimiento, sobre todo, porque muchas veces es difícil que lo reconozcáis. Sí, no son pocas las parejas que acuden a nuestra consulta de terapia y hacen gala de que hablan poco porque no les hace falta. Se conocen tanto y están tan compenetrados que con una mirada se lo dicen todo. El problema es que, con el tiempo, incluso esa mirada de complicidad desaparece.

En las sesiones de terapia de pareja trabajamos este asunto con una perspectiva muy realista. Propiciamos que produzca un entorno en el que puedas confrontar las sensaciones que tienes cada vez que tu pareja toma una decisión sin consultarte. ¿De verdad que esa hubiese sido tu opción? ¿Te has sentido ninguneado? Es esencial que ambos entendáis que la confianza no puede suplir a la comunicación, que no se puede dar por sentado lo que piensa otra persona, por mucho que nos conozcamos.

 

  • ¿Amar significa renunciar a ser uno mismo?

Este es, sin duda, uno de los temores que nos atenazan a todos cuando nos planteamos la vida en pareja. Y uno de los argumentos que más veces se repiten en las terapias de pareja. Uno de vosotros, a veces incluso los dos, se siente forzado a desempeñar un rol con el que no se siente cómodo. El problema no es que nos adaptemos o cambiemos para que la convivencia funcione mejor. El problema es sentirnos obligados a hacerlo, porque es el otro quién nos exige pagar ese “peaje” como pago por la felicidad común.

El asunto enlaza directamente con otro Igual de trascendente para la supervivencia de tu pareja, la aceptación del otro, tal y como es y sin querer cambiarlo. Cuando nos enamoramos, lo habitual es que no le encontremos ni un defecto a nuestra pareja. Y si lo tiene, nos resulta hasta gracioso o interesante. Es curioso porque con el tiempo, suelen ser esos mismos detalles o características del otro los que más nos molestan. Se convierten en una fuente inagotable de reproches y aparecen como argumentos en la mayor parte de las discusiones de la pareja.

No seremos los psicólogos de Pensaments quienes no estemos a favor de la evolución de la persona y del valor que los cambios tienen en nuestro crecimiento integral. Pero, esa necesidad de cambio siempre debe surgir de forma espontánea en cada uno de nosotros y, por supuesto, jamás impuesta por el otro, por mucha pareja nuestra que sea.

Los efectos que esta imposición de cambio tiene sobre la relación no es la única secuela que esta falta de aceptación nos deja. A nivel individual puede ser devastador. Porque, dependiendo de la propia personalidad de quien es objeto de esas críticas, puede ahondar de una forma impresionante en su autoestima y acabar reflejándose en todas las esferas de su vida, incluso en la laboral. La terapia de pareja también debe abordar las necesidades de cada uno de vosotros. Somos psicólogos y, como tales, nos preocupa por encima de cualquier cosa el bienestar de las personas. Además, ¡solo queriéndote a ti mismo puedes querer al otro?

 

  • ¿La terapia no acaba con la espontaneidad de una relación de pareja?

En Psicología no existe esa contraposición entre racionalidad y sentimientos. De hecho, nuestra mente funciona con la convergencia de ambos, nuestro comportamiento como personas solo se entiende desde lo que sentimos y lo que pensamos. Y los psicólogos trabajamos con la gestión de las emociones como clave de nuestras terapias para superar conflictos y trastornos diversos. También cuando estamos desarrollando una terapia de pareja.

En Pensaments queremos insistir una vez más en que nuestro papel no es juzgar o decirte qué debes sentir. Ni tú como ser individual, ni vosotros y la forma en la que vivís vuestra relación. Los sentimientos no son correctos o incorrectos, ¡ninguno! Ni siquiera los que parten con el estigma de ser considerados negativos como el miedo, la tristeza o el dolor. El conflicto surge no por sentir, sino cuando existe un desajuste en la forma de procesar esas emociones.

Y ahí entramos de lleno en el trasfondo de tu duda. Querer más no implica dejar que ese sentimiento se apodere de todo, que te domine, que se imponga de forma irracional en cada una de tus decisiones. Los sentimientos no se miden, se disfrutan. Te proponemos, de nuevo, liberarte de prejuicios e ideas preconcebidas. No te esfuerces para amar más, sino para amar mejor. Y eso quiere decir que pongas todo lo que eres en esa relación, también tu mente. Amas después de un proceso consciente, porque has decidido que quieres hacerlo. ¡No hay declaración más profunda y comprometida de amor!

La relación de pareja no se entiende sin el componente de compromiso voluntario que supone. Los arrolladores amores incondicionales e irracionales están bien para proponer argumentos en las novelas, las películas o para crear esas bellas canciones de amor que a todos nos emocionan. Pero no, eso no es amor. Ese componente trágico del amor, esa sumisión sin reservas a un sentimiento, ni es aconsejable ni te proporciona felicidad. Perder el control de tu vida no es amor. Y, no temas, cuando una relación de pareja se asienta en la voluntad de querer vivirla, en el esfuerzo por superar las dificultades, no solo es más satisfactoria… ¡es más romántica!

En nuestra terapia de pareja te proponemos la intensidad de relacionarte desde la madurez. Reivindicamos el valor añadido que tiene el amor vivido como adultos. El potencial enriquecedor de construir vuestro proyecto común asentado en la confianza, la seguridad y la implicación. Un amor consciente, libre e ilusionante porque participa de vuestro crecimiento personal.

 

  • ¿La terapia es siempre cosa de dos?

No solo la terapia, todas las crisis de pareja son cosa de los dos. Es más que conveniente empezar haciendo esta matización. Es relativamente frecuente que, la petición de ayuda psicológica parta de uno de los miembros, que sea uno el que se siente insatisfecho, mientras el otro ni siquiera se ha dado cuenta de que hay problemas. Los psicólogos tenemos que enfatizar en que una relación de pareja no deja de ser la confluencia de dos personas distintas que han tomado la decisión de compartir una parte de su trayectoria vital. Pero, nunca se pierde, ¡ni se debe perder!, esa individualidad.

Esta premisa es esencial porque te permite entender que no hay una forma correcta de sentir, tampoco en pareja. Por eso, en la terapia de pareja vamos a excluir la “culpabilidad” como un concepto que protagonice nuestras sesiones. También, la homogeneidad. Vivir las situaciones de distinta forma no es sinónimo de sentir menos o de que te interese menos la relación. En Pensaments apostamos por el valor de cada persona como ser único y este principio no desaparece porque hayas decidido vivir en pareja.

Por eso, es importante empezar por entender que no estás en una competición, que sentirte más dolido no quiere decir que te afecten más los problemas de pareja. Son tan aceptables y respetables unos sentimientos como otros. Si la terapia de pareja se convierte en un intercambio de reproches, no hay psicólogo que pueda ayudaros. Empecemos, pues, por escucharnos y sincerarnos, solo desde el diálogo podéis reinventar vuestra relación.

Así que, no hay duda posible. En la terapia tenéis que implicaros los dos. Puede que haya alguna sesión que os propongamos de forma individual a cada uno de vosotros. Pero, esto es un proceso en el que es imprescindible la presencia y la voluntad de los dos. Es bastante normal que sea uno el que toma la iniciativa. También si te pones a recordar, es probable que los primeros encuentros los propusiese más a menudo uno de vosotros, ¡pero a la cita teníais que acudir ambos! Con las sesiones de terapia pasa lo mismo, son cosa de los dos.

 

  • ¿Es diferente la actitud de hombres y mujeres ante la terapia de pareja?

Un tema delicado, porque la estadística puede decir una cosa y lo que comprobamos los profesionales de la Psicología de pareja en nuestras consultas ser distinto. Y, también porque tenemos que empezar a romper estereotipos incluso desde este plano tan teórico. Empieza a ser una explicación demasiado simple destacar que las mujeres tienen más capacidad de comunicarse y, sobre todo, de expresar sus emociones que los hombres.

Sea o no así, más que nada porque hay ciertas conductas que siguen transmitiéndose educacional y socialmente, forma parte de nuestra labor psicológica implicar a hombres y mujeres en la misma medida en la solución de sus problemas emocionales. Las diferencias las debe marcar el hecho de que tratamos con personas distintas, no por razón de su género.

En las crisis de pareja los dos sois protagonistas del problema y, también, de la solución. Igual que no diferenciamos teniendo en cuenta el origen de las personas, nos da igual que residas en una gran ciudad como Madrid o que vengas de una pequeña localidad, tampoco hacemos una distinción en el enfoque o las soluciones del problema de tu pareja pensando si nos lo planteas porque eres mujer o si actúas de esa forma por ser hombre.

De hecho, en el caso de que percibamos algún tipo de conducta limitadora o desigual que se motive en criterios de género, la propia terapia puede servir de excelente punto de partida para revisar esos roles. Un momento perfecto para que reescribáis vuestra historia común, estableciendo una nueva forma de relacionaros en la que, entre otras conductas, desaparezca el tradicional reparto de papeles por sexo.

 

  • ¿Las sesiones solo tienen un componente teórico?

La Psicología aplicada es una disciplina eminentemente práctica. Si nunca has acudido a una de nuestras consultas, puede que tengas una imagen algo distorsionada de cómo se desarrollan estas sesiones. Te imaginas que llegas a un despacho impersonal y frío donde te sometes a un interrogatorio, recibes un diagnóstico y una especie de sesuda charla explicando cómo tienes que comportarte para llevar una “vida normal”. En el caso de las parejas, la única diferencia es que sois dos los que os sometéis a esta mezcla entre consulta médica y conferencia académica.

Hemos querido plantear esta imagen tan exagerada para poner énfasis en lo surrealista que sería la Psicología si realmente se desarrollara en estas condiciones. No te vamos a decir que las sesiones con vuestro terapeuta vayan a ser divertidas, pero sí que son diversas e intensas. En ocasiones se centrarán más en la conversación, en ayudaros a compartir con el otro cómo os sentís. Para encontrar soluciones, primero es imprescindible identificar lo que os pasa.

En otras sesiones, por el contrario, os proponemos ejercicios muy prácticos en los que la idea es que aprendáis a manejaros en situaciones delicadas como las discusiones. Sí, todo puede aprenderse, es cuestión de ejercitar esas habilidades y hacerlo de la forma correcta. Por ejemplo, discutir no es negativo en sí mismo, al contrario, puede ser una forma enriquecedora de conocer al otro y sus puntos de vista. No hay que guardarse nada, lo que hay que hacer es plantearlo desde el respeto y huyendo de cualquier tentación de herir al otro.

En Pensaments preferimos hablar de encuentros más que de sesiones. Nuestra filosofía se asienta en la convicción de que psicólogos y pacientes somos parte de un mismo equipo y colaboramos aportando ambos con la misma intensidad e implicación. Es la base sobre la que construimos nuestra relación con vosotros, tanto en las intervenciones individuales como en las que se refieren a terapias con parejas. ¡Solo si despertamos vuestro interés podemos contar con vuestra implicación!

 

  • ¿Todo se puede resolver solo con las sesiones de terapia de pareja?

Si siempre estamos destacando que la prioridad de todo el equipo de psicólogos de Pensaments es la de establecer contigo una relación de cercanía y confianza, basada en la sinceridad, no podemos empezar sin responder con claridad esta duda que nos planteas. Efectivamente, sería ingenuo pensar que cualquier problema de pareja, da igual el grado de deterioro al que haya llegado la relación, se soluciona en los 60 minutos que dura la sesión de terapia de pareja.

No, esto no funciona así. No se trata de abrir la puerta de la consulta, trabajar con intensidad durante la sesión y salir cuando acabamos para seguir con vuestra vida de pareja exactamente igual que antes de empezar a vernos. La Psicología aplicada, y la terapia de pareja está incluida en esta disciplina, solo tiene sentido y funciona si vas integrando en tu rutina las pautas o los planteamientos que proponemos en las sesiones.

Claro que sabemos que hace falta tiempo y paciencia, que por mucho que os esforcéis, todo no va a empezar a funcionar como un reloj desde la primera visita. Lo que esperamos, sobre todo porque sabemos que es lo que funciona, es que toméis el control, asumáis las propuestas e intentéis llevarlas a cabo en todas las situaciones a las que os enfrentéis al salir al mundo real.

No se trata de ponerte deberes para que los hagáis en casa. Lo que te ofrecemos son herramientas concretas con las que puedas manejar las dificultades que os vuelvan a surgir al sumergiros de nuevo en vuestra rutina. Instrumentos tan sencillos como eficaces con los que poder superar justo esos vacíos que están minando vuestra relación.

Ejercitaros, por ejemplo, en la terapia de las caricias emocionales. Algo tan sencillo como dar las gracias o reconocer en voz alta cómo os gusta algo que hace vuestra pareja. No pensamos en grandes acontecimientos, si no en alabar lo bien que le sienta ese nuevo corte de pelo, lo rica que le ha salido la comida o lo bien que te has sentido porque se ha acordado de sacar las entradas para ver esa película que tanto te apetecía. Estas caricias emocionales son muy reconfortantes, pero aún más si las acompañas de algún acercamiento físico. ¡Recuperad el encanto de un sencillo abrazo!

Y, aun reconociendo el valor de los pequeños detalles, tampoco podemos olvidarnos de los conflictos más complejos. También la superación de esas dificultades de pareja va a exigiros un cambio de actitud cuando tengáis que afrontarlos. Si hay que tomar una decisión y tenéis puntos de vista opuestos sobre cuál es la mejor solución, acostumbraros a enfocarlo desde la perspectiva del bien común, lo que reporte más beneficios objetivos a la pareja.

Como veis, nuestra terapia de pareja tiene la voluntad de convertirse en vuestro punto de apoyo, tanto cuando estáis en medio de una sesión, como cuando volvéis a vuestra cotidianeidad. ¡Nada es más productivo y gratificante que trabajar en equipo! Vosotros dos y nosotros siempre que nos necesitéis a vuestro lado.

 

  • ¿Hay ahora más problemas de pareja que hace unos años?

Sería muy fácil responder a esta cuestión afirmativamente y pasar página. Es cierto que las consultas de terapia de pareja han experimentado un crecimiento. Y no podemos negar que ahora hay más separaciones y divorcios. Pero, esta información solo basada en datos fríos y estadísticos, no te aporta nada a ti y a tu pareja. Ni siquiera es especialmente significativa para nosotros, los profesionales. En todo caso, lo que necesitamos es profundizar, indagar y descubrir las razones de ese incremento. Solo así será una información que tiene efectos positivos que podamos aplicar en las terapias de las parejas que nos consultáis.

Sí nos gusta pensar que parte de ese aumento no se debe tanto a que las parejas “fallen” como a que, afortunadamente, tenemos un entorno social en el que hay mucha más libertad para reclamar nuestro derecho a ser felices. Por tanto, si no nos sentimos cómodos con nuestra pareja tenemos menos reparos en plantearlo. Y es una transformación que ha se ha extendido por todos los rincones de forma bastante homogénea. Ya no se dan aquellas distinciones tan marcadas que se notaban si eras un urbanita de Madrid o pertenencias al entorno de una capital de provincia mucho más pequeña.

Sin embargo, hay expertos que ponen el foco de este aumento en la volatilidad con la que vivimos en las sociedades modernas. Se nos educa para poner nuestro interés en “tener” no en “ser”. Por eso, además de acumular objetos, también coleccionamos relaciones. Somos más sociables porque tenemos muchos contactos en las redes sociales. Y, los llamamos amigos, pero ¿realmente lo son? Lo más delicado es que, con demasiada frecuencia, ni siquiera nos paramos a hacernos esa pregunta.

Con el universo de las relaciones de pareja sucede algo similar. Hemos crecido con el convencimiento de que tener una pareja estable es mejor que permanecer solos. Y nos lanzamos a la búsqueda de esa relación, sin tan siquiera plantearnos si es lo que realmente queremos. Una vez que la hemos encontrado, parece que ya no hay que hacer nada más. La meta está alcanzada y ya no perderemos el “trofeo”.

Sin embargo, las relaciones personales de cualquier naturaleza, más si son las de pareja, requieren de nuestro esfuerzo, hay que atenderlas, hay que prestarles atención. En Pensaments, nos gusta compartir contigo la idea de que hay que mimarlas, porque esta actitud es enriquecedora para ti y para tu pareja. El amor necesita tiempo y profundidad. No queremos decir que tengas que proponer a tu pareja planes o diálogos sesudos.  Pero sí que indagues, que sepas qué es lo que a ella le apetece, qué necesita, qué hace que se sienta mejor. ¡Construir vuestra historia desde el conocimiento, solo así encontraréis complicidad para disfrutaros!

 

  • ¿Realmente funciona la terapia de pareja?

Para nosotros y para todo el ámbito de los profesionales de la Psicología no hay ninguna duda respecto a la eficacia de la terapia de pareja. Nuestra experiencia en la consulta cada día es la mejor demostración de todo lo que conseguimos ayudando a las parejas con problemas. Además, si no creemos en lo que hacemos, mal podemos transmitirle ilusión e interés para formar parte de este equipo nuestro de Pensaments.

Pero, no solo son impresiones. Los estudios que se van publicando sobre el nivel de satisfacción de las parejas que acuden a estas consultas de terapia, cifran el porcentaje de los que se sienten satisfechos con los resultados entorno al 70%. Esta es la proporción de parejas que confiesan que han notado una mejoría notable en sus relaciones de pareja después de haber estado asistiendo a la consulta de estos psicólogos especializados.

Es evidente que este nivel de efectividad es relativo. No solo depende de la propia eficacia de la disciplina como tal o de la pericia del terapeuta en cuestión. También una parte del éxito que podáis llegar a disfrutar depende directamente de vosotros. Sobre todo, de cuánto tiempo dejéis pasar antes de acudir a la terapia de pareja. Solo a modo de orientación, ese porcentaje de éxito aumenta de forma exponencial entre las parejas que han iniciado su terapia ante las primeras alertas, es decir, sin dejar pasar más de dos años desde la aparición de las dificultades.

Por supuesto, este no es el único factor determinante. Los resultados también tienen que ver con la especialización e implicación del propio terapeuta. En este sentido, en el equipo de Pensaments te garantizamos que vas a encontrar toda la atención y una flexibilidad total para que os sintáis cómodos con la terapia de pareja que os propongamos. La privacidad y la discreción son siempre señas de identidad de cualquier forma de atención psicológica, si cabe aún más en esta especialidad donde vamos a abordar vuestra esfera más íntima.

 

  • ¿La terapia de pareja es siempre garantía de que no se llega a la ruptura?

Es cierto que todas las parejas que acuden a nuestras consultas lo hacen con la intención de salvar su relación. Hayan tardado más o menos tiempo en decidirse a buscar la ayuda de los profesionales de la Psicología, comparten ese objetivo de encontrar una solución que les permita continuar juntos. Por supuesto, en Pensaments intentamos siempre poner todo nuestro conocimiento y experiencia a vuestra disposición para encontrar esa salida.

Pero, con el mismo énfasis tenemos que romper los prejuicios que se asocian a la idea que la ruptura de una pareja. No debes tomártelo como un fracaso. Es más, te animamos a darle la vuelta, igual que hacemos siempre que hablamos del valor enriquecedor de los errores. Tomaos la ruptura, en caso de que sea el resultado final de vuestra crisis, como una etapa más de la vivencia. Añadidla al bagaje de vuestras experiencias más intensas, esas que más impacto han tenido en vuestro crecimiento personal.

Sí, la terapia de pareja también es útil para aceptar el fin de una relación. Para manejar el inevitable dolor que supone separarte de la persona con la que habías decidido compartir tu vida. Os ayudamos a asimilar que toca poner un punto final al proyecto vital compartido por el que apostasteis. Y, por supuesto, a gestionar los sentimientos de tristeza y dolor que inevitablemente implica asumir esa ruptura.

La mejor noticia que podemos daros es que hay otra forma de decirse adiós. Una despedida sin rencor, sin reproches, que os permita mantener los recuerdos de los momentos en los que fuisteis más felices. Una ruptura que no os obligue a ignoraros, que no afecte a vuestro círculo de amistades. Porque también es importante que ahora que volvéis a quedaros solos, tengáis la opción de recuperar algo de vuestra vida social. Y, no hay nada más destructivo que poner a vuestras personas conocidas en la disyuntiva obligatoria te tener que elegir entre uno de vosotros y, como consecuencia, borrar de su vida al otro.

En Pensaments sabemos que las rupturas civilizadas no solo son posibles, sino que son deseables. Incluso si solo quieres pensar en ti mismo, es mucho más fácil que retomes las riendas de tu proyecto vital personal desde la positividad que desde el rencor. Construir felicidad desde el odio, nunca es posible. Desde el realismo, porque no podemos ignorar que, a veces, se ha dejado pasar tanto tiempo antes de intentar buscar ayuda, que el deterioro de la relación es devastador. Cuanto más daño os hayáis hecho, más complicado es que os permitáis un adiós con respeto. En cualquier caso, nuestro mensaje es que siempre lo podéis conseguir, con mayor o menor esfuerzo añadido.

La terapia de pareja os permite ignorar el ruido y centraros en lo verdaderamente importante. Empatizar con el otro, incluso en un momento tan difícil como el de la ruptura. Recuperar la complicidad de vuestra mirada, aunque en esta ocasión sea para despediros. ¡Lo que habéis vivido merece la pena ser recordado!